Social Commerce

Social Commerce

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Cuando hablamos de Social Commerce no hablamos a la actividad comercial que tiene lugar dentro de Facebook o cualquier otra red social. Este concepto sirve para denominar una realidad mucho más amplia que abarca cualquier herramienta que aprovecha el potencial de los Social Media para convertir la compra online en un proceso más social y en definitiva, más segmentado y personalizado.
Por lo tanto, se incluyen valoraciones de productos, recomendaciones de usuarios, herramientas de compra social, aplicaciones sociales y social advertising, entre otros.

El concepto de S-commerce ha aparecido en un esfuerzo para describir las nuevas herramientas tecnológicas que están cambiando la forma en que los e-shoppers toman decisiones y adquieren los productos en la red.

El Social Commerce no es nada más que la evolución natural del e-commerce: tal y como las plataformas de ventas migraron a internet, ahora los negocios online empiezan a tener presencia en las redes sociales.

El Social Commerce ofrece posibilidades ilimitadas, aptas para cualquier tipo de negocio ya sea de productos o servicios. Así, desde una firma de servicios financieros hasta una compañía de productos de consumo puede diseñar su propia estrategia de S-Commerce.

A esto se le añade la posibilidad de establecer dinámicas multicanal, que fomenten las interacciones entre las distintas plataformas que utilizan los usuarios para la toma de decisiones. En este sentido, entender el móvil, la tienda física y el canal online de manera independiente deja de tener sentido desde el momento en el que el consumidor utiliza todos los canales para ayudar en su toma de decisiones. Hablamos de experiencia de compra que pueden iniciarse en la tienda física, gestarse en las redes sociales y culminar en la tienda online.

A diferencia del ecommerce tradicional, esta nueva modalidad no se reduce a meras transacciones de compra-venta sino que trae consigo un componente experiencial y social importante para las marcas. La compra online deja de ser un proceso mecánico e impersonal para integrar dinámicas que fomentan la interacción y facilitan la personalización de la oferta.

Los usuarios reconocen que el Social Shopping resulta mucho más estimulante e incluso más impulsivo que el proceso de compra online tradicional. De hecho, se constata que cuando un contacto próximo nos recomienda la adquisición de un producto, la importancia del precio, cualidades del producto u otros elementos racionales disminuye.
Antes de comprar algo nos gusta conocer la opinión de aquellos que ya lo han probado. Esta nueva modalidad de ecommerce permite interconectar el espacio de compra con el entorno de diálogo más habitual de los compradores: las redes sociales. De esta manera, el intercambio de comentarios y experiencias se convierte en una parte intrínseca del proceso.

Los dispositivos móviles han facilitado la proliferación del Social Commerce gracias a la capacidad de difundir las compras desde cualquier parte. Por ahora, estos dispositivos son sólo una parte del S-commerce, aunque seguramente se convertirán en un elemento central en vistas a un futuro próximo.

En definitiva, podemos decir que aquellas marcas que sean capaces de integrar de manera efectiva el componente social dentro de su proceso de venta online, conseguirán crear canales de venta más relevantes y personalizados para el consumidor, y más rentables para sus marcas.

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